MÁLAGA EN VERSOS
Paco Acosta
Ir a
página Índice

UNA TRAGEDIA OLVIDADA
El Palacio Episcopal
da nombre a una bella
plaza
cuya historia se
entrelaza
con la de la Catedral.
El motivo principal
que la adorna y la
ilumina,
es la Angustias granadina
en alabastro tallada
que ennoblece la fachada
en su barroca hornacina.
Tiene la joya valiosa
de su fuente dieciochesca
que la baña de agua
fresca
y música rumorosa.
Una paloma, mimosa,
desciende a bañarse en
una
apariencia de laguna,
cuyo preciado tesoro
con el sol parece de oro
y de plata con la luna.
Los recuerdos, como daga
que empuñara fría mano,
de un suceso ya lejano
toca de noche la llaga.
Este triste caso vaga
envolviendo una vivienda
con una historia tremenda
llena de tanta crueldad,
que siendo toda verdad
más parece una leyenda.
II
La sombra ilustre y serena
de un Torres y Sandoval,
por la plaza arzobispal
va arrastrando una
cadena.
Es le remota alma en pena
de un noble de alto
blasón,
al que un alcalde en
función
- Don Pedro de Olavarría
-
sin piedad condenaría
a morir sin confesión.
Por
Alta Gracia Real
a Doña
Sancha de Lara
le fue
dado que vengara
la
muerte de Sandoval.
Y la
pena capital
por
tan justa decisión
se
aplicó sin compasión
a
todos los condenados
que
fueron ejecutados
para
servir de lección.
La
noble dama convino
que en
piedra fueran labradas
las
seis cabezas penadas
y el
busto de su sobrino.
Y el
pueblo, con ese tino
con
que canta las proezas
y
condena las vilezas,
a la
casa referida
sobrenombróla en
seguida
la de
las Siete Cabezas. |