Por Abel Ros.- Decía Weber, sociólogo alemán, que el Estado tiene el monopolio legítimo de la violencia. Un monopolio otorgado, como diría Hobbes, por el pueblo. Esa violencia, faltaría más, no es absoluta sino limitada por un cordón sanitario que se llama Estado de Derecho. Dentro de ese cordón, el Gobierno – a través de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Estado – vela para que la paz social rija la vida en las sociedades democráticas. Esa "Paz Perpetua", que pronosticó Kant, no se cumple en los prados del ahora. El progreso tecnológico no ha dado lugar al progreso moral soñado. Los valores de libertad, igualdad y fraternidad. Valores defendidos por la Revolución Francesa han fracasado. Hoy, tenemos miseria moral. Mucha miseria moral. El credo del "sálvese quien pueda" prevalece sobre el altruismo, la solidaridad y la empatía. Y ese credo americano, que reina nuestras vidas, nos convierte en seres egoístas, materialistas y psicópatas.
Ampliar en El Rincón de la Crítica