
Con su libro La estructura de las revoluciones científicas Kuhn cambió la historia de la ciencia para siempre. Es verdad que los planteamientos del falsacionismo de Popper, aunque solucionen numerosos problemas del inductivismo, no representan el funcionamiento característico y habitual de la ciencia.
En efecto, es indudable que la falsación a través de un experimento no niega la aceptación de ciertas afirmaciones científicas. La complejidad de las teorías científicas en las diversos campos de conocimiento de las diferentes ciencias es tan enorme y las variaciones y matices definibles tan numerosos que es entendible que suceda esto.
Además, es evidente para la comunidad científica que las anomalías que surgen en la ciencia son explicables en numerosas ocasiones con la ayuda de otras teorías complementarias o con otras cosmovisiones teóricas. Se comprende que Thomas Kuhn introdujera el concepto de paradigma científico para superar el falsacionismo popperiano, o, al menos, poner en cuestión su aplicación infalible en todos los casos, por las razones anteriormente mencionadas.
Se puede afirmar que la visión del mundo o de la realidad en un mismo momento histórico es compartida, de modo aproximado, por los científicos y esto es positivo para el desarrollo de la ciencia y también facilita los arduos procesos de investigación.