
Fue un gran físico y creó la mecánica cuántica. Ya desde adolescente destacó por su brillantez intelectual y por su amor a la investigación y al saber. Se interesaba también por el latín y el griego y, en general, por la cultura clásica o las humanidades.
La filosofía griega le atraía de forma especial. No en vano en su primer año de Bachillerato escribió por placer un cuaderno con las ideas principales y más interesantes para él desde Tales hasta Platón y de unas treinta páginas. Curiosamente, en su época de bachiller quería ser poeta. Y siempre reconoció que la filosofía le condujo hacia la F
física y la matemática. Sus inquietudes e intereses siempre fueron muy amplios. Entendía la unión de ciencia y filosofía.
Su formación como físico y matemático fue muy profunda y amplia. Destacaba que le habían influido especialmente en su juventud los conocimientos y las investigaciones físicas de Boltzmann, aunque también se entusiasmó con las aportaciones de Planck y Einstein.
Escribe Schrodinger que «Es muy posible que las leyes de la naturaleza
sin excepción tengan un carácter estadístico. Postular una ley absoluta
de la naturaleza, como en general se da hoy por sentado, va más allá de
los límites de la experiencia». Según su planteamiento el determinismo
estricto no regula del todo las leyes microscópicas.