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El cáncamo de Podemos. El futuro marco de paz social | Antonio Barba. 17.06.15 | |  Es evidente que se niega el estudio y el debate de que Podemos está debilitando al PSOE tras haber quedado de manifiesto que una mayoría de votantes de IU se han integrado en Podemos. El caso más evidente es el resultado de Madrid donde Carmena se ha impuesto a Carmona y no parece hacer saltar las alarmas en la sede de la calle Ferraz. Manuela Carmena es la persona que ha reconquistado el carisma en la vida política, ha sabido vender su imagen de independiente para no verse implicada más de lo necesario en la estrategia de la derecha de significar a Podemos con la radicalidad de la izquierda, ella sola ha sabido aglutinar todo el desencanto de la sociedad madrileña pero eso sí, siempre y cuando Podemos estuviese en esa confluencia. El bipartidismo está sostenido por la prensa y los medios, está sobrevalorado, es una burbuja política, ya no es mayoritario y sigue en retroceso continuo. El PP se ha refugiado en Ciudadanos y el PSOE se encuentra despistado y sumido en un deterioro continuo a favor de Podemos. | Los gobiernos municipales que ha logrado el PSOE ha sido con la ayuda de las confluencias ciudadanas que ha provocado el espíritu de Podemos, confluencias que han sido originadas por la indicación de Podemos de no presentarse con sus siglas a las municipales. La izquierda histórica y añeja que se encuentra en vías de desaparición se agarran a este hito municipalista de las confluencias para decirle a Podemos de que ellos solos no representaran a la nueva izquierda en vez de aceptar que el cambio esta fomentado desde Podemos, las mareas y los movimientos sociales que nacieron sin el apoyo de esa izquierda histórica. ¿Qué porcentaje de representación tenían, tienen y tendrán fuerzas de la izquierda como Equo, partido X, Red Ciudadana y cualquiera otro de los emergentes que se quedaron a medio camino de representar la indignación española? Fue Podemos y es Podemos quien apostó por aglutinar y demostrar que tiene el consenso mayoritario de la sociedad progresista para emprender el cambio. Fue el 31 de enero de 2015, con La Marcha del Cambio cuando Podemos quiso demostrar la fuerza que tenía ese movimiento con la convocatoria en Madrid, fue una convocatoria masiva que ningún partido se atreve a hacer como hizo Podemos ya que serían incapaces de aglutinar a tantas personas que se desplazasen por sus propios medios y costes. IU tardó y mucho en entender un acuerdo con Podemos porque no veía o no quería ver lo que se vaticinaba y que los resultados electorales uno tras otro han tenido que aclararles. Aún hay algunos miembros de IU que dicen representar la pureza de la izquierda y que mantienen unos principios indelebles ante la volatilidad de argumentos políticos de algunos dirigentes de Podemos. No reconocen su falta de visión global y siguen hablando de unidad con la boca pequeña. Saben que es necesaria la confluencia y que no se pueden oponer pero no la sienten aún de corazón porque siguen teniendo un miedo injustificado a diluirse y desintegrarse dentro de otra corriente mayoritaria. Pues igual le va a ocurrir al PSOE en las próximas elecciones, no quieren verse aún en el espejo y lo ocultan para poder seguir creyéndose de que son el único partido de alternancia en el gobierno, luego hablarán de pactos y de remiendos pero lo que es evidente es que su estructura financiera y organizativa va a ser imposible de mantener ¿No lo están viendo? Por qué siguen ocultándoselo a sus bases y afiliados? ¿Quieren verse como el PASOC griego? ¿Prefieren morir con las botas puestas antes que plegarse a los nuevos designios de la sociedad plural y progresista? ¿Por qué seguir dividiendo a la izquierda cuando ellos ya no representan el modelo social de cambio político y productivo tal como demuestran sus políticas europeas que son más acordes a las conservadoras que a políticas progresistas de izquierda? Si no cambian desde ahí, desde el parlamento europeo, no tendrán ninguna credibilidad socialista. Aconsejaba a algunos afiliados de base socialistas que no hiciesen campaña en contra de Podemos porque al final se retratarían y todo lo que decían en contra de Podemos al final se lo tragarían porque nos les iba a quedar otra que recibir el apoyo de Podemos si querían ser alternativa de gobiernos de 20 años del PP tal como así ha sido. ¿Y ahora para las generales qué? ¿Otra vez lo mismo? ¿El PSOE insistirá en decir que Podemos es populista, venezolano y radical y que ellos son la izquierda moderada? Eso solo convence y cada vez menos a sus votantes cautivos y a los estómagos agradecidos que mantiene en las instituciones junto a sus familiares. Ha llegado la hora de que “los nadie” sean alguien y hagan a los partidos repensarse quienes son ellos, si son cargos institucionales al servicio del partidismo o son personas que anteponen el bien mayoritario en vez de una poltrona o un hueco en una lista electoral. Hay que estudiar y saber ver el momento de apartarse y apostar por nuevas vías de consenso mayoritario. PSOE e IU andan hoy con muletas mientras viene una juventud pletórica de Podemos con ansias e ilusión de cambio necesario en todos los niveles de la sociedad española, una sociedad que está empezando a vislumbrar nuevos horizontes. Un 14% o un 15% o un 20% de Podemos es el germen de la nueva Syriza griega que tardó años en ser alternativa de gobierno. ¿Cuándo se va a empezar a ver eso desde la izquierda española? ¿Cuándo se va a dejar de mirarse el ombligo cada partido de izquierda para pensar en un cambio político generacional que nos lleve a un nuevo proceso constituyente que deje de continuar con la pérdida de derechos y deje de hundir la economía sin atisbos de mejora? Un proceso constituyente que al menos nos dé estabilidad y frene la caída, un proceso constituyente de cumplimiento, veracidad y honradez para la generación venidera, un proceso donde volvamos a construir para garantizarnos otros 40 años o más de estabilidad y progreso en un marco de paz social.
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