Francisco Javier Navarro se crió prácticamente en la Baranda. A los 10 años ya ayudaba a su padre y jugaba en la plaza, de la que dice que entonces los niños jugaban más que ahora. Recuerda Francis que cuando era pequeño lo que más le gustaba era pedirle dinero a los clientes del bar, con el consiguiente bochorno de su padre, para gastárteslo inmediantamente en los recreativos de enfrente, llamados el Burgo. Algunos clientes me dicen: 'Tú te acuerdas cuando pedías dinero?' De la plaza comenta que ha conocido ya tres remodelaciones y que le gustaba más la antigua plaza. "No es necesario tanta obra". Pero su preocupación ahora está en el deseo de que dicho espacio se potencie, para revitalizar el comercio del entorno, y apunta la idea de celebrar más a menudo actos como la presentación del Portón del Jaz en año pasado. "Sería necesario celebrar un evento los fines de semana y así el centro estaría menos muerto a partir de las diez de la noche".
La anécdota que más le llama la atención de la Baranda es que antes era un bar de hombres, las mujeres estaban como vetadas y ahora empieza a suceder lo contrario. 'Algunas tardes me encuentro que el público al que atenciendo está compueto prácticamente de mujeres".
La propiedad del bar corresponde ahora a un conocido empresario del pueblo y lo tiene alquilado con su mujer, Mirta Pereira Campos, con la que se casó recientemente "dos veces, una aquí y otra en Brasil, de donde procede".
Desde Alhaurin.com deseamos a la pareja suerte en su trabajo y que se cumplan los deseos de Francis de que el centro del pueblo potencie su actividad, por el bien de todos.
Federico Ortega |