En el Foro de Opinión de Alhaurín de la Torre no conocemos a nadie de entre nuestros conocidos y amigos, interesados por la cosa pública, que no critique la situación de las listas cerradas y bloqueadas de la actual ley electoral general. Todos querríamos que dichas listas fueran abiertas y que los ciudadanos pudieran escoger entre todos los candidatos que concurren en las diferentes listas a unas elecciones, de manera que se pudiera votar por ejemplo al primero y al quinto de la lista del PSOE, al cuarto de la del PP, al segundo y al último de la lista que presente Izquierda Unida y el 12 de UPyD. De modo que salieran elegidos los candidatos de las listas por el orden que quisieran los ciudadanos, no los que les conviene a los jefes de los partidos políticos. Es lo que ocurre con las listas para el Senado, que los ciudadanos eligen personas, no partidos. Y es que a los prebostes de los partidos no les conviene esta forma más democrática de elegir los representantes porque les quitaría poder entre sus militantes, se resquebrajaría su autoridad y hasta podría haber sorpresas como que ellos mismos se quedaran en la calle. De todos es conocido este tema y que tiene difícil solución porque los que pueden solucionarlo no les interesa y no van a cambiar la ley electoral por las buenas, habrá que sacárselo.
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Pero hay ocasiones, en un escalón más bajo en la vida social, que sí sería posible llevar a cabo esta forma de elección totalmente democrática. Y nos estamos refiriendo a las elecciones de las asociaciones de vecinos de las que en estos días tenemos dos ejemplos claros: las elecciones de El Romeral y las de Retamar. Las elecciones a la Junta Directiva de la asociación de vecinos Retamar se está convirtiendo en una pesadilla que tiene difícil salida. El meollo de la cuestión consiste en la forma de votar. Unos quieren el voto delegado, como en elecciones precedentes, porque ya tienen amarrados los votos necesarios para ganar con toda seguridad. ¿Qué clase de elecciones son las que se sabe antes de votar quien va a ganar?. Los de la otra lista desean que las elecciones se lleven a cabo como una anterior asamblea dictaminó: un vecino , un voto. Sin voto delegado. Quieren esta forma de votar porque con ella ven alguna posibilidad de ganar, con el voto delegado seguro que pierden.
Bueno, supongamos que se celebran las elecciones y gana un lista por cinco votos, cosa nada rara; es decir, el votos de los vecinos se parte por la mitad. Ante esto, la lista ganadora se lleva todo el botín, sus once miembros pasan a representar a toda la barriada. Los once contrarios nada, a casa y lo más seguro es que no participen en las actividades vecinales en los dos años siguientes. Una verdadera pena porque tenían casi la mitad de la representación vecinal en votos y no tienen ningún poder. ¿No tienen derecho los miembros "y miembras" de la lista perdedora a participar en el buen gobierno de la barriada? Claro que sí y seguramente el presidente ganador dirá unas palabras para que se integren con él y trabajar juntos, a llevarse bien, pero eso casi nadie se lo cree y nunca se cumple. Queda una herida que tratará de restañarse en las siguientes elecciones, y otra vez a empezar, o todo o nada.
¿Y si en vez de votar una lista completa, los vecinos votaran cinco nombres, por ejemplo, de entre las dos listas y los once que más votos tuvieran formaran la nueva directiva, encabezados por el presidente o presidenta que más votos hubiera sacado? ¿No sería ésto mucho más democrático? ¿No estarían integradas todas las sensibilidades de la barriada? ¿No sería un caso claro de listas abiertas? ¿No sería empezar a construir la democracia participativa? Y de camino, muchos vecinos evitaríamos tener que estar en uno de los dos bandos, porque nuestro bando es la barriada. Piénsenlo.
Lo que está ocurriendo en algunas asociaciones de Alhaurín de la Torre de intromisión de algunos partidos en la elección de las nuevas directivas tiene que ver con el afán de controlar o/y acabar con el movimiento ciudadano, que hace años existía en nuestro pueblo. Ese control que se viene ejerciendo ha llevado a que la mayoría de las asociaciones pierdan su carácter reivindicativo y se conviertan en colaboradores/ comparsa del equipo de gobierno, encargados de organizar las fiestas y poco más. La prueba es que ninguna ha levantado la voz ni ha organizado campaña con temas graves como los del saneamiento o el impuesto-tasa más injusto del carruaje. El colmo del control se materializó cuando el alcalde nombró al representante de los vecinos en la persona de su amigo el presidente de la asociación de Retamar que lleva tantos años como él en el cargo. Por este motivo se ha dado un paso de tuerca más y se ha pasado del control a la manipulación más burda, impropia de una democracia ni nada que se le parezca y asistimos a la lucha por la direccion de una asociación a ver quién trae más votos delegados porque tiene más tiempo de ir casa por casa "compromotiendo " a los vecinos o tiene los medios que le facilita el interesado en el control.
La solución, llegados a este punto, es que los vecinos retomen su protagonismo y participen en la elección de la directiva sin delegar su voto y utilizar un método de elección que no excluya a nadie, con listas abiertas para obligar a colaborar por la barriada y el interés de los vecinos a los que realmente estén por ello.
Antonio Pino, Miguel Arlandi, Manuel Porcel, Antonio Barba, Federico Ortega, Encarna Ruiz, Fernando Povea. |