Informan los interesados medios de comunicación, que con el 1% del dinero que se ha liberado para sacar a flote a "la gran usura internacional", se podría quitar el hambre del mundo. ¡QUÉ BARBARIDAD! El estremecimiento y la indignación que debería haber suscitado a la ciudadanía, tendría que haber sido definitivo. Empero, la voz del pueblo apenas se ha oído. Están ocupados en el ocio intencionado que el poder ofrece para apartar las mentes de lo que merece la pena ser pensado. |
La narcotización de las conciencias son demasiado profundas, para que la esclavitud económica en la que vivimos, produzca como mínimo, una seria reflexión sobre la democracia que nos llevan vendiendo tantos años. El ser humano, principio y fin de toda acción en este mundo, se ha convertido en medio, en instrumento para la obtención de beneficios de dudosa licitud. A la sociedad del espectáculo de Guy Debord, le ha sucedido la sociedad de la decepción, presentada por Lipovetsky. Hombres y mujeres ya no maduran, no evolucionan, en su relación con otro hombre. El consumo es la nueva deidad, el nuevo paradigma, mediante el que se establece el ser o no ser humanos. Eres lo que consumes, en un mundo en que la mayoría de las necesidades son provocadas artificialmente por el poder. ¡No me gusta la realidad que el poder y los medios me ofrecen! Pensar es arduo pero necesario.
Queridos conciudadanos, pensemos de vez en cuando sobre la realidad impuesta.
Saludos Antonio Bukowski |