DESAPARICIÓN DE “LA FONTANA”

Manuel Porcel. 05.03.04.

“Hoy es un día triste para la pluralidad informativa de Alhaurín de la Torre, por la pérdida de la revista local “La Fontana””.  Y punto. Estoy de acuerdo y siento que desaparezca por varios motivos, el más importante es que mi amigo Federico Ortega fue cofundador de la citada edición y como en cualquier bonito parto queremos que madure, se desarrolle, se consolide y que no desaparezca por muerte anunciada ni súbita, como en este caso.

Ha sido un medio que no se ha adaptado a los nuevos cambios, a la tecnología y a la imagen, podría haberse editado en Internet pero ante la inmovilidad de las viejas costumbres Federico tuvo que migrar hacia el medio de expresión más universal que existe hoy, la “red de redes”.

Estoy de acuerdo en que el gran público de Alhaurín no tiene acceso a Internet, y por tanto, esta revista era su acceso a la información general, pero recuerdo muchos artículos, escritos con tantos remilgos y adornos en su contenido que eran aburridos de leer y difícil de entender. La escritura poética tiene su propio foro, pero el pueblo llano quiere mensajes cortos y directos y sobretodo, al día, porque de eso pecaba La Fontana, debido a su aparición mensual muchos de sus comunicados, cuando aparecían, ya eran historia.

Era bueno el cartel de articulistas, entendidos en los temas de lo que siempre plasmaban, personas respetables y respetadas en el ámbito social del pueblo, pero el “tablón” no les acompañaba.

Últimamente, y gracias a las gestiones comerciales de su editor, se parecía más a esta otra de “Llave en Mano” o a “El Anunciador” que a una publicación de interés social para el pueblo.

La desaparición de esta revista no implica que caminemos hacia “el pensamiento único”, filosofía barata, ha desaparecido por motivos obvios: Por malos resultados empresariales y/o por poca aceptación en el mercado. Y aparte de sentimentalismos, esa es la realidad. ¿Que se quieren cargar más culpas al cajón de sastre de la política?. Pues bien, pero no busquemos culpables externos porque la política no llega a tantos rincones, ni creo que La Fontana fuera inquietante para el gobierno como para quitársela de en medio. Tenía su público, sus asiduos y sus detractores, pero no hay nada más.

Ya forma parte de la historia de Alhaurín de la Torre, fue una idea magnífica, felicito a sus creadores y colaboradores, pero como muchos experimentos empresariales, este no ha salido. Y punto.

Alhaurín de la Torre a 04 de Marzo del 2.004.